viernes, 3 de julio de 2009

FRUTO QUE PERDURA III


"La que cayó entre los espinos, éstos estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto." Lucas 8:14
Dios les bendiga, gracias por estar en contacto con el blog, hoy seguimos meditando un poco acerca de la parábola del sembrador, Cerca de cuarenta parábolas aproximadamente utilizó nuestro Señor Jesucristo para revelar y enseñar los principios y valores del Reino de Dios.
Hoy mas que nunca se hacen pertinentes estas enseñanzas ante la crisis que atraviesa el mundo, pues si en aquel entonces el Señor podía percibir que era lo que obtaculisaba el crecimiento de la Palabra en la vida de las personas, cuanto mas hoy que hay tantas oportunidades y ofrecimientos para que usted se ahogue entre espinos, Los afanes, es lo primero que anuncia nuestro Señor como causa de este problema, el afanarse por las cosas materiales es el principal problema pues esto lleva a los hombres a meterce en un enredo que hace que el hombre por su propia fuerza quiera alcanzar y de esta manera se olvida de que lo primero esta en buscar a Dios el que provee todas estas cosas, y fijence que el Señor enseño acerca de esto, el afán y la ansiedad en Mateo 6 verso 25 y 33 dice:
"Por lo tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o que habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir, ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas"
Afanarse por las cosas de este mundo, es no tener fe en Dios, esto no quiere decir que usted no cumpla con sus responsabilidades, y que usted no sufrirá aflicción en esta tierra, "pero muchas son las aflicciones del justo mas de todas ellas las librara el Señor" "en el mundo tendréis aflicción pero confiad pues yo he vencido al mundo" dice el Señor. Afanarse por las riquezas y los placeres de este mundo, es la causa principal de que las personas no dejen que la palabra produzca el resultado y el propósito por la cual Dios la ha enviado a predicar, salvar sus almas y reconciliarse con su Creador, que ahora quiere ser su Padre Celestial, atraves de la fe en su Hijo Jesucristo.
Las riquezas y placeres del mundo, no es que sean malos, lo malo es poner nuestro amor en ellos, pues raiz de todos los males es el amor al dinero, la palabra nos enseña que teniendo sustento y abrigo debemos estar contento con ello, cuantas personas caen en tantos "males" por su ambicion de ser poderosos y obtener pesesiones, porque esta bien que la gente se supere y prospere Dios no esta encontra de ello, pero poner el amor en estas cosas es la causa de los afanes de la vida, tengo un carro, debo tener el mas moderno, tengo mi televisor, no debo tener el mas mederno, tengo esto no debo tener lo ultimo de la moda, eso es lo que lleva a la gente a olvidarse de Dios y su plan para su vida, y perderse en sus propios afanes, de allí la voz de aquellos que se dejan influenciar por el odio de Aman, " Es que el tiene que trabajar", es que acaso uno no trabaja, los que haceres de la casa, el cuidado de mi mdre, la labor en la iglesia, no pero tiene que trabajar, para que, para ahogar la Palabra, pues no me venga austed a decir que cuando uno esta trabajando secularmente esta espuesto a la tentacion del enemigo, a los afanes y a poner su confianza en el trabajo mas que en Dios.
Me acuerdo de mi Padre, que en estos días cumple nueve años que partió con el Señor, cuando comienzo a formar su hogar, desde joven se caso, en las fotos de juventud, parecía una vara de puyar locos, flaco por el hambre de la pos guerra, se caso con mi madre, la mas bella del pueblo, eso si fue un milagro, con una niña de dos años llego a Venezuela y comenso su trabajo de formar el hogar a punta de trabajo, en aquellos años se habría los trabajos de construccion trabajo duro pero era la principal fuente de empleo en ese entonces pero apenas pudo reunio y se compro una bicicleta, y apenas pudo reunio y se compro su jeep, la cual podia trabajar vendiendo alimento, y apenas pudo alquilo un local y puso su negocio asi trascurrioron los años y ya con cuatro hijos tenia que conseguir una vivienda, trato de hacer negocios con "socios" que luego lo dejaban en la calle, mi Padre no era hombre preparado, y lo engañaban, y quedaba nuevamente en la calle, hasta que un día, dijo mi madre trabajemos juntos deja a los "Sucios" así consiguieron trabajo en una compañía para trabajar en un comedor, por cinco años, trabajaba de 4 am hasta 7 pm, los hijos pequeños detrás de ellos, hasta que consiguieron comprar un terrenito, y comenzaron a construir su casa, con el proyecto de vivienda y fuente de empleo, un local para montar el negocio, cuando quedo terminada, se mudaron de aquella casa alquilada que cuando llovía, se inundaba, cuantos sufrimientos de mis viejos, pero al mudarse renunciaron al trabajo de la compañía, los jefes le decían a mi padre, porque renuncia, usted se ha portado muy bien, y la respuesta de mi padre fue gracias, pero dele la oportunidad a otro, yo ya tengo vivienda y un local donde podre defenderme, estoy agradecido de ustedes, lo jefes le dijeron: "tienes siempre las puertas abiertas en la compañía, mi padre nunca fue avaricioso, cuando los hijos crecieron, compro una casa para ellos, y sus hijos, luego muchas oportunidades se abrían de comprar nuevas propiedades pero el decía: "ya tengo casa y mis hijos, no necesito mas" y nunca olvido ya viejo y convertido al Señor, ve a trabajar al Señor, te doy mi camioneta, pues yo había vendido mi carro para comprar un terreno para la iglesia, su cuidado y oraciones pues viejo se arrodillaba en las noches para orar por sus hijos y hermanos viajaba a visitar sus hermanos y les predica de Cristo, sus últimos años fueron como un niño y su bendición cuando estaba ya por partir, fue un ejemplo para mi y mis hermanos.
Hoy mas que nunca necesitamos ver, que las riquesas y placeres son pasajeros, que lo mas importante es que usted tenga a Cristo en su corazón, Dios es bueno el sabe lo que nos falta, proveerá y nos dará las fuerzas para alcanzar nuestros proyectos si le honramos y le ponemos en primer lugar, no escuchemos la voz del enemigo, usted vale mas por lo es que por lo que usted pueda tener, usted es único, y precioso para Dios, el es un buen padre como lo fueron nuestros padres terrenales, así que ánimo de frutos que permanezcan, levantate y resplandece que ha venido tu luz y la gloria del Señor a nacido sobre ti.
Un amigo argentino vecino de la casa, me dio un poema, y le dije que si me daba permiso lo pondría en el blog y su motivo es al día de los padres, así pues quiero compartirlo con todos ustedes ya que es muy hermoso dice así:
PADRE...Como el sol eres inmenso
Padre... No hay tiempo, espacio, clamor, grito de esperanza...
Donde el eco no vibre con tu nombre.
Así...llano, sincero, trasparente, como danza de golondrinas
sobre un viejo campanario.
Tu paso quedo y sereno es el reflejo de mil batallas,
De silencios interminables, luchas, renuncias, entregas,
Entre el run run... agitado de un corazón siempre abierto,
Fresco, espontáneo, vivificante, como agua de manantial,
allí donde el cántaro de la grandeza,
Se abre de par en par ante tu patria,
Ante tus hijos, ante Dios...
Eres inmenso padre... como el sol,
Galopando siempre sobre el arco iris de tus sueños, de mis sueños...
Apretando, tal vez, más de una lágrima sobre tus mejillas,
cuando no puedes darme todo lo que quieres,
O simplemente las lágrimas ruedan hasta mojar tus pies...
Cuando la pobreza araña las puertas de tus hermanos, de tu pueblo...
Eres inmenso, ¡Inmenso mi viejo!
Tu sonrisa... contra viento y marea se eleva triunfadora,
Pura, humilde, como trompeta de campos de batalla...
Modela mi esencia, despierta mi dios interno,
Alborada mi sangre por esta tierra amada...
Es tan amplia, generosa, y alegre como los caminos,
rodeados de flores silvestres, cuyo aroma va marcando la senda,
Que ilumina la vida, el amor, la fe, los sueños...
¡Como el sol... eres inmenso, mi eterno amigo, padre y guerrero...!
¡Feliz día!
Francisco O. Olea. N.

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